Cuando llega el verano y el buen tiempo es habitual escuchar con mucha asiduidad las palabras calor y temperatura, ambas unidas entre sí pero con sus diferencias. Por un lado, el calor es el movimiento e intercambio de energía entre dos objetos en concreto. Por otro lado, la temperatura surge por la alteración que se genera en las moléculas de un objeto.
Cuando la temperatura de un elemento cualquiera incrementa y, por tanto produce más calor, significa normalmente que la temperatura es mayor. Un ejemplo claro es cuando una persona tiene fiebre ya que la temperatura aumenta y el cuerpo está más caliente.