El uso más normal de fragancia está ligado con el producto que tiene un aroma agradable y se comercializa con el fin de que las personas tengan un buen olor. Una fragancia hace que el sentido del olfato se estimula y envíe al cerebro una sensación de placer, lo que conlleva a la mejora del estado psicofísico mediante técnicas de la aromaterapia.
Para que el olor de la fragancia se quede más tiempo impregnado en el cuerpo, la recomendación es echársela después de una ducha y en zonas específicas como detrás de las orejas, el cuello y las muñecas, entre otras.