El divorcio se define como la causa de una decisión que han tomado los cónyuges o al menos uno de ellos para terminar con la unión matrimonial por las diferencias que comienzan a surgir entre ambos. Cuando se da un paso tan importante y decisivo como este significa que no hay vuelta atrás y divorciarse es poder recuperar la libertad que tanto necesitan para comenzar la vida junto a otra persona si lo desean.
Hay múltiples causas que pueden llevar a un divorcio, por ejemplo, la infidelidad, la injuria, las crisis personales y económicas, la violencia doméstica (física o psicológica) por parte de uno de los cónyuges, la incompatibilidad en la convivencia y el abandono, entre otros.