El enfado y las discusiones son parte de la vida diaria de las personas, pero si eso deriva en amenazas o violencia física o psicológica, como herir a alguien o tener un comportamiento violento, ya no es normal ni tampoco se considera saludable y se debe alertar sobre ello. En el caso de un comportamiento violento, es decir, la actitud que tiene una persona al amenazar, dañar o lesionar a otra persona u objeto, es importante detenerlo.
Esta conducta es como una especie de ciclo, ya que se comienza con tensión y discusiones, se continúa con amenazas verbales reiterándose en varias ocasiones y con el tiempo pasa a la agresión, terminando el ciclo con la violencia física y verbal contínua.