A finales del siglo XX comenzaron una serie de procesos que fueron invariables como la crisis económica, los conflictos de guerra, la opresión de los movimientos demográficos y más concretamente la inestabilidad y el terror por la pobreza y la desocupación. Unos hechos que han fomentado las discusiones sociales, políticas y económicas y que han provocado el resurgimiento de la xenofobia y el racismo.
Muchos pensadores han manifestado que cómo se ha vuelto a encender la llama cuando realmente se creía que estaba apagada, además de que estamos viviendo en un mundo que parecía haber progresado. Las actitudes xenófobas y racistas son hechos que han dejado en evidencia que la historia, la religión y la sociedad son la raíz del problema.