El transporte público es un término que se emplea con mucha frecuencia al ser el transporte que está a disposición de todos los ciudadanos y que se utiliza para trasladarse de un sitio a otro, siempre adaptándose a los horarios y los recorridos que brinde el operador o más bien el Gobierno. Es normal que los viajeros compartan este medio de transporte llegando a causar aglomeraciones, algunos de ellos son el autobús, el tranvía y el metro.
Tanto el metro como el tranvía se suelen emplear en las ciudades con gran población y expansión ya que las distancias son bastante amplias y ambos se caracterizan por tener una amplia capacidad de transportar pasajeros y por la gran velocidad que llegan a alcanzar en el trayecto.
Hay que destacar que el metro y el tranvía son dos transportes públicos con semejanzas pero no hay que olvidar las diferencias entre sí, por eso se van a manifestar a continuación.
Diferencia en la localización y la construcción
Una de las diferencias más destacadas es la de la localización que a su vez tiene que ver con la construcción ya que el metro y el tranvía se hacen sobre terrenos distintos.
Por un lado, el metro necesita de una construcción bastante costosa ya que los obreros deben realizar este servicio bajo tierra y eso exige mucho trabajo al tener que planificar detenidamente los túneles a realizar con sus respectivas vías y demás. Por otro lado, el tranvía se puede construir de dos formas, la más empleada es que se habilitan unos raíles en la propia carretera para que este sistema de transporte circule. Mientras que la segunda opción es construir unas líneas paralelas a la carretera siempre separadas de la misma para que circule solo este medio.
Diferencia en la circulación
La diferencia en la circulación tiene que ver con la puntualidad, sin tener en cuenta algún percance fuera del alcance de estos transportes.
El metro es más puntual ya que se desplaza por el subsuelo y eso hace que no tenga que soportar el tráfico de la ciudad y tampoco si hay incidencias climáticas, por eso los pasajeros están más seguros de poder llegar a la hora, recalcando que puede haber excepciones por algún percance. En el caso del tranvía ocurre lo contrario ya que al circular por el mismo terreno que otros transportes públicos y privados no asegura llegar puntual al poder verse perjudicado por el tráfico, los semáforos, las señales viales o los cruces.
Diferencia en la comodidad
Es cierto que el tranvía es más cómodo que el metro ya que al circular por la carretera las paradas están a la par y no necesitan tener que coger un ascensor, bajar unas escaleras mecánicas o incluso escaleras normales como sucede en las estaciones del metro.
Además, si los pasajeros van cargados con maletas, sillas de ruedas o sillas de niños tienen que tener en cuenta que algunas estaciones son tan antiguas que sólo disponen de las escaleras tradicionales y como mucho de escaleras mecánicas.