El vino es una bebida que se hace a partir de la uva y gracias a un proceso conocido como fermentación alcohólica del zumo o mosto mediante la acción del conjunto de reacciones químicas que suceden en la levadura, ya que modifica el azúcar de la uva en dióxido de carbono y alcohol etílico. El origen de esta bebida se remonta al neolítico porque encontraron una vasija que data del año 5.400 a.C., la cual tenía restos de vino y, a partir de ahí, se fue expandiendo por todo el mundo.
La ciencia, técnica y arte de producir vino se conoce como enología y tiene como objetivo principal saber cuáles son los métodos y técnicas de cultivo del viñedo y la elaboración, almacenaje y gestión de vinos con un sabor, color y aroma óptimos.
Dentro de esta ciencia es fundamental diferenciar entre catar y degustar un vino, por eso vamos a indagar más acerca de ello.
Diferencia en el análisis
Los expertos en una cata de vinos diferencian cada una de las partes que deben analizar para llegar a una agrupación de elementos que son los que van a definir cómo es el vino, además siempre de forma objetiva.
No deben dejarse influir por sus gustos personales, sino que deben fijarse en los elementos y matices de dicha bebida para ver el estado del vino y la calidad química, física y biológica. Esto hace que sea muy importante usar los sentidos, además de tener las características necesarias para la cata y así dar un punto de vista totalmente objetivo, por ejemplo, buen estado de salud, concentración, sensibilidad y mucha memoria.
En el caso de degustar vino, se puede decir que es una acción que se hace de forma mucho menos técnica, ya que pueden detectar y evaluar cuál es el sabor, color y olor pero siempre desde un punto de vista más subjetivo. Simplemente pueden expresar lo que sienten y decir si les gusta ese vino o no, o directamente dedicarse a probar varios y saborearlos. Esto hace que la experiencia sea mucho más maleable y divertida que la cata.
Diferencia en el tipo de ambiente
En el caso de la degustación, se trata de un acto hedonístico que hoy en día es ideal como punto de encuentro entre personas que no se conocen y así entablar relaciones y contar sus experiencias de diversa índole. No está restringido a un tipo de persona, más bien puede ir cualquiera al ser un acto totalmente subjetivo.
Si nos centramos en la cata de vino, se puede observar que el ambiente que se forma es mucho más íntimo que en el de la degustación.
El lugar debe estar bien iluminado, con un tono más cercano al de la luz natural, con una temperatura que ronda los 19 ºC. Además, no puede haber un único catador porque el juicio no sería tan representativo, entonces es necesario que formen parte del panel unos cuantos expertos, ya sean bodegueros, enólogos o someliers.