¿Cómo podemos definir la muerte? Es el final de la vida o del ciclo vital a causa de la imposibilidad orgánica de mantener el proceso homeostático, participar en una pandemia o una epidemia, un desastre natural o simplemente el desgaste físico y mental. De todas formas, la muerte ha variado a lo largo de la historia , ya que en la antigüedad se consideraba como una especie de evento y como una entidad antropomórfica y en la actualidad no.
Se le suele considerar como la separación entre el cuerpo y el alma en el último eslabón del ciclo de vida porque se supone que cualquier ser humano nace, crece, se reproduce y finalmente termina muriendo al ser un proceso irreversible.
Seguro que alguna vez has oído hablar en los libros o las películas del limbo y del purgatorio, que son dos lugares que están entre el cielo y el infierno. ¡Conoce sus diferencias!
Diferencia en el concepto
Los teólogos de la Edad Media de Europa Occidental optaron por fraccionar el inframundo en 4 partes: el infierno de los condenados o gehenna, el purgatorio, el limbo de los padres y el limbo de los hijos.
Si nos centramos en el limbo, según la Iglesia de Dios Unida, se trata de un estado o lugar temporal de las almas de personas que mueren sin recibir el bautismo y que no han sido llevadas al infierno. Como hemos mencionado hace poco existen dos tipos de limbo; por un lado, el limbo infantium y, por otro lado, el limbus patrum, que hace referencia a los santos que nacieron antes de Cristo.
En el caso del purgatorio, es un espacio más bien simbólico, ya que en ese lugar la función principal es purificarse antes de acceder al paraíso. Este último término hace referencia a un ritual que se realiza para que el cuerpo logre, de forma simbólica, volver a su estado de pureza. En el momento del juicio final, aquella persona que ha pagado por todos los pecados cometidos puede ir al cielo y quien no lo haya hecho va al infierno.
El limbo ya no existe según la Iglesia Católica
Según la Iglesia Católica, no hay un sitio conocido como limbo, más bien hay un purgatorio, que es más un estado o proceso que un lugar como tal.
Debido a la confusión que hay entre el purgatorio y el limbo, el 22 de abril de 2007 el Papa permitió que la Iglesia descartase el término de limbo.
Esto ha hecho que ahora la sociedad piense que los niños que no han sido bautizados entran de forma directa al cielo. Hay un documento de 41 páginas que cuenta con el visto bueno de Benedicto XVI y ahí se expone lo siguiente: “hay serias bases teológicas y litúrgicas para esperar que los niños sin bautizar se salven” de ir a un lugar alejado de todo y de Dios, pues “la idea de los limbos refleja una visión demasiado restrictiva” de la salvación.