Diferencias entre hepatitis A y hepatitis B

¿Qué es la hepatitis? Se define como una inflamación del hígado, un órgano muy importante para el metabolismo, la segregación de la bilis, el almacenamiento de nutrientes y la sintetización de enzimas, proteínas y glucosa. Esta afección puede evolucionar a una fibrosis, cirrosis o cáncer de hígado, siendo la causa más destacada la infección viral o bacteriana, la inmunitaria por anticuerpos y la tóxica por alcohol o fármacos o medicamentos.

El tipo de hepatitis recibe su nombre de acuerdo con el virus que la produjo (A, B, C, D y E y las menos estudiadas F y G) y puede ser leve o grave, además de que puede desaparecer por sí sola, necesitar de ciertos fármacos o quedarse de por vida.

A continuación te informamos sobre las diferencias más importante entre la hepatitis A y la B.

La hepatitis A es menos grave que la hepatitis B

Diferencia en el virus

El virus de la hepatitis A es el de HAV, es decir, un virus de ARN de cadena sencilla que forma parte de la familia picornavirus. En el caso del virus de la hepatitis B, se conoce como HBV, es decir, un virus de ADN con una parte de cadena doble que forma parte de la familia hepadnavirus.

Estos dos agentes infecciosos microscópicos acelulares no se relacionan entre sí por su estructura, pero sí que infectan y se replican en las células del hígado.

Diferencia en la forma de contagio

Por un lado, la transmisión de la hepatitis A es mediante el agua o los alimentos que están contaminados por las heces que tiene el virus. También hay riesgo en caso de mantener relaciones sexuales con una persona que está infectada, en este caso por vía anal u oral.

Por otro lado, la forma de transmisión de la hepatitis B es mucho más común mediante las relaciones sexuales al tener contacto directo con la sangre o los fluidos. También hay otras vías como la perinatal, es decir, cuando una madre con el VIH transmite ese virus al bebé durante el embarazo.

Diferencia en los síntomas

La hepatitis A suele ocurrir en jóvenes y adultos y, una vez que se infectan, a las 4 semanas comienzan a desarrollar los síntomas, por ejemplo, orina oscura, pérdida de apetito, vómitos, haces oscuras, picazón intenso o fatiga.

Los síntomas de la hepatitis A suelen durar alrededor de 2 meses, aunque en ocasiones llegan hasta los 6.

Respecto a la hepatitis B, cabe decir que solo entre el 30 y e 50% de los niños mayores de 5 años pueden tener este virus y los síntomas pueden comenzar a aparecer 90 días después de la exposición. Los síntomas más destacados son dolor abdominal, dolor articular, fiebre, pérdida de apetito, vómitos y pigmentación amarilla.

Diferencia en la prevención

Hay una vacuna para la hepatitis A que se inyecta 2 veces entre el primer y segundo año de vida con un intervalo de 6 meses, mientras que la vacuna de la hepatitis B se pone nada más nacer y se completa a los 6 meses de vida.

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